jueves, 5 de febrero de 2009

Fotografía




Realmente la flor no es la gran cosa, pero la foto me quedo bastante linda, salvo por el poste de alambrado que aparece en el fondo, todo lo demás es bastante armonioso. Los colores del cardo me gustaron mucho como para estamparlos en una fotofrafía, la luz no ayudó mucho, pero se ve que la sequía si.

Ultimamente se me ha dado por sacarle fotos a plantas y flores, de las que ya tengo una cantidad y de las cuales les mostrare algunos ejemplos.

viernes, 27 de junio de 2008

La mitología y la pintura



a través de la historia de la pintura, se han representado una gran variedad de temas referidos a la mitología Greco-Romana. Pintores como Rubens o Picaso interpretaron mitos como el rapto de Europa, el juicio de Paris o el rapto de Persefone-Proserpina.
En las tres imágenes mostradas arriba vemos dos representaciones del rapto de Persefone, el de la Izquierda pintado por Rubens, la segunda es el mismo tema pintado por Niccolo Dell' Abbate (pintor Manierista) y el tercero es la representación del juicio de Paris pintado por Mingote.
El rapto de Persefone:
Una de las hermanas de Zeus, Demeter, la diosa de la agricultura tenía una hija con la que estaba estrechamente unida, la joven Perséfone, o para los romanos Prosérpina. Un día en el momento en que se disponía a arrancar un narciso, en las praderas de Nisa, súbitamente la tierra se abrió a su alrededor y apareció en su carro el dios de los Infiernos, Hades, que se había enamorado de la ella. El dios descendió, salió al encuentro de la diosa y la raptó, llevándosela con él a las profundidades.
Esta acción la cometió con la complicidad de Zeus. La desolada madre de la joven la buscó en vano por toda la tierra durante nueve días y nueve noches en las que se ayudaba de una antorcha. Mientras tanto descuida sus tareas de diosa de la agricultura y la tierra en Grecia se vuelve estéril ocasionando un período de hambre. Zeus ordena a Hades que devuelva la hija a su madre.
No va a ser ya posible porque Persefone ha comido un grano de una granada cultivado en el Infierno y por tanto queda ya ligada a este lugar definitivamente.
La solución es el acuerdo que toman los tres dioses olímpicos: Perséfone dividirá el año entre su estancia en los Infiernos con Hades –lo que simboliza el invierno, ausencia de vegetación- y su regreso a la tierra con su madre –que simboliza la primavera.
El juicio de Paris
A la boda de Peleo y Tetis estaban invitados todos los dioses y mortales, ya que Peleo era un mortal y Tetis una diosa. Tetis, una nereida, hija de Nereo, antiguo dios del mar, era, por tanto, una divinidad marina e inmortal y Peleo, discípulo del centauro Quirón, era el afortunado mortal que tenía el privilegio de casarse con una diosa.
Todos fueron invitados, salvo Éride, la Diosa de la Discordia, quien quiso hacer notar su ausencia y se presentó en la fiesta con una manzana de oro que tenía grabada la siguiente frase: "Para la más bella". Lanzó la manzana sobre la mesa donde se sentaban los dioses y se fue.
Tres de las diosas presentes en el banquete, Hera, Atenea y Afrodita, se creyeron merecedoras del título y se lanzaron a por la manzana. La enojosa situación que se produjo entonces no tenía fácil solución y ni el mismo Zeus-Júpiter quiso intervenir en una decisión tan comprometida.
Encargó a su fiel hijo Hermes-Mercurio que condujese a las tres diosas al monte Ida, en la llanura de Troya, y se las presentase a Paris, bello joven, hijo del rey Príamo de Troya, que pastoreaba los rebaños reales en aquel lugar. Él debía ser el encargado de dirimir el pleito, según voluntad de Zeus, y así se lo explicó el dios mensajero Hermes al asustado joven.
Durante el juicio cada diosa hizo valer sus méritos al título pero además le prometieron a Paris beneficiosos dones si éste fallaba a su favor. Hera se comprometió a hacerle soberano de toda el Asia. Atenea le ofreció la prudencia y la victoria en todos los combates y Afrodita le brindó el amor de la mortal más hermosa de Grecia, Helena de Esparta.
Paris dio la manzana a Afrodita, granjeándose así la fiel protección de la diosa para él y los suyos para siempre, y la enemistad de las otras dos diosas lo que quedará reflejado en la Guerra de Troya.